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Salimos de Quito en un vertiginoso descenso desde La Floresta hasta Guápulo y tras un levísimo repecho, de nuevo bajamos todo lo rápido que queramos hasta Cumbayá.

En esta sección perdemos 500 m en 9 km por un rápido descenso en carretera de pavés.

En Cumbayá, tomamos la antigua vía ferroviaria que iba hasta el Quinche, y que, no abandonaremos hasta llegar a Pifo.

La ruta desciende inicialmente hasta el km 11 de la ruta y luego va ascendiendo suavemente para bajar hasta el río. A partir de aquí comienza un ascenso prolongado sin ninguna complicación, siempre por pista de tierra compactada.

Hay un par de tuneles que atravesamos pero, al ir de día, no es necesario llevar luces, tan solo precaución pues es este un tramo compartido con senderistas y algún corredor de larga distancia.

Ascendemos durante 10 km hasta alcanzar los 2.500 m sobre el nivel del mar y aquí damos la vuelta volviendo por el mismo sitio.

Es de imaginar que tendríamos que pagar un precio por el divertido descenso del inicio de la ruta.

A partir de Cumbayá nos esperan 10 km de subida con una pendiente media del 4% y con unos picos de 50-100 m que llegan hasta el 19%.

Las zonas donde más deberemos apretar los dientes son el inicio de la subida a Guápulo y la única curva a izquierdas que encontraremos desde Cumbayá. Paciencia y pedales.

El último tramo, aunque en claro ascenso, deja meter un par de piñones más.