Desde la N-420 en sentido Cuenca tomamos el desvío a la izquierda que nos lleva hasta la aldea abandonada de el El Cañizar Bajo.
Atravesamos la aldea y a unos cuatrocientos metros encontramos un puente que cruza el rio Cabriel donde podemos estacionar el vehículo.
Tras cruzar el puente y siempre en ascenso, tomamos pista firme y clara hasta tomar un desvío que asciende por una pista abandonada. Tras un tramo de un kilometro entre la maleza, volvemos a enlazar con la pista en buen estado hasta que llegamos a la intersección.
Tomamos izquierda en ascenso y, siempre por buena pista avanzamos a buen paso hasta que llegamos a una zona de monte bajo donde encontramos una senda muy desdibujada y cubierta de maleza que nos asciende hasta ver los marmalos.
Este tramo resulta muy pestoso hasta que volvemos a bajar al rio y, de nuevo, a pista ancha.
Desde aquí, en descenso, llegamos hasta la fuente de Anear, con muy poca agua en agosto 2020 pero suficiente para beber.
Cruzamos la Selva Pascuala y tras un par de kilometros regresamos a la intersección inicial para deshacer el primer tramo.
Una ruta muy agreste y dura por los tramos de monte a través.