COMO LLEGAR

Desde Quito podemos ir en bus desde la terminal terrestre de Quitumbe hasta Lacatunga.

En Lacatunga, cambiamos de bus y tomamos el que va directo a Quilotoa.
Desde Quito a Lacatunga calcula 2 horas de viaje.

Desde Lacatunga hasta Quilotoa, calcula otras 2. Cada trayecto cuesta $2.50 El bus nos deja en la ruta, junto a la pequeña zona turística de Quilotoa. Al entrar a la zona, los extranjeros pagan $2, para los ecuatorianos, la entrada es gratuita.

LA RUTA

Poco que decir sobre la ruta. Sencillamente espectacular.

Salimos desde el Hostal Pachamama hacia nuestra izquierda para comenzar en descenso. A los pocos metros, pasamos junto a unas construcciones y vemos una señal que marca un mercado local a 5,2 km.

Caminamos por la senda que ya no abandonaremos hasta el final de la ruta. La senda es sencilla, no hay pasos excesivamente expuestos pero si algunos puntos donde hay que poner atención pues la caida es enorme.

La parte más dura de todo el recorrido es aproximadamente a las 2 h de haber salido. Hay una larga subida que se hace durilla por la altura. Un pequeño descenso más brusco tras esta y de nuevo el sube y baja habitual de toda la ruta.

COMER, DORMIR

Hay varios lugares para dormir, nosotros lo hicimos en el hostal Pachamama, esta frente al mirador. Las instalaciones son básicas pero el agua de la ducha está caliente y el sitio está razonablemente limpio teniendo en cuenta los estándares de la zona. El precio por persona (dormir, cena, desayuno) está en torno a los $15.

Algunas habitaciones tienen chimenea, otras no. En todo caso, te podrán mantas suficientes para pasar la noche caliente. En este mes de abril, la temperatura exterior sería de unos 0 grados.

En el interior, con las mantas no pasamos frío pese a los 4º. La comida es básica (sopa de quinoa, seco de arroz con pollo) sin embargo el desayuno es excelente. Huevos, granola, café o té, fruta y pan.

El servicio es desastroso. Es lo que hay. Los dueños del hostal no tienen ninguna formación en hostelería y tampoco excesiva motivación. Este fue un proyecto gubernamental que reconvirtió a los agricultores y ganaderos de la zona en hostaleros pero, obviamente, no se realizó adecuadamente. La mayoría de los turistas, simplemente se asoman al mirador o, como mucho, descienden hasta el lago. Se quedan a comer pero, como suelen ser locales en vehículo propio, no se quedan a dormir.

Comimos en otros lugares de la zona, la oferta es más o menos igual en todos los lados y pagas lo turístico del sitio, $5 por un almuerzo.

También nos tomamos unos canelazos, el local junto al Pachamama los sirve muy ricos por $1. Con aguardiente los encontramos por $1.50. Gourmets, abstenerse. 😀